¿ES POSIBLE CAMBIAR LA PERSONALIDAD?

La personalidad, ha sido definida como la cualidad constitutiva diferencial que separa y distingue a unas personas de otras. Debido a su alta complejidad en lo que respecta a la comprensión de la conducta humana, la misma no ha dejado de ser objeto de atención por parte de la ciencia.
En el estudio de la personalidad destaca el carácter, que se entiende como la interiorización de las normas sociales y el ajuste voluntario de la propia conducta a ellas. Por otro lado, el físico Eysenk describe al temperamento como el comportamiento afectivo, mientras que otros autores lo asocian a la parte biológica. Sin embargo, ambas descripciones pueden ser sustentables. Ya que en la conceptualización del temperamento, se ven involucrados tanto la constitución corporal o física y la dotación neuroquímica. Por lo que se hace referencia de la importancia que juega el bienestar físico, mental y social en la personalidad.      

El ser humano cualquiera que sea su condición social, raza o cultura, esta dotado de una personalidad determinada, como es decir, de una forma duradera y estable de pensar, sentir y actuar, que influye en su particular adaptación al medio y se manifiesta  de modo semejante ante situaciones análogas.

La estructura genética es el cimiento a partir del cual se construye todo el edificio de nuestra existencia. Los genes son el origen de toda conducta, determinan las características estructurales, la anatomía de nuestro cerebro. El cerebro se organiza en vías neuronales dependientes de los neurotransmisores y las enzimas. El funcionamiento de las vías nerviosas da lugar a los sistemas fisiológicos que permiten el procesamiento de la información y la experiencia de las emociones. Estos sistemas hacen posible el aprendizaje, el cual, a su vez, posibilita el desarrollo de disposiciones o tendencias de conducta en el contexto social, y como consecuencia, las conductas habituales.

Finalmente, tenemos el entorno que puede modificar la probabilidad de que éstas se manifiesten. Los rasgos, considerados a nivel fenotípico pueden ser modificados en la medida en que se produzcan cambios en uno o más de esos niveles mencionados. Las transformaciones en la personalidad también pueden tener su origen en modificaciones estructurales a nivel cerebral. Las técnicas psicoterapéuticas sirven, entre otras cosas, para enseñar a los individuos a ser menos tímidos, más asertivos, más flexibles, o más optimistas. Por consiguiente, algunas de esas intervenciones también pueden producir modificaciones en la personalidad a nivel fenotípico. Los rasgos de personalidad, pueden sufrir modificaciones por causas muy diversas y en grados muy distintos. Sin embargo, ¿puede hablarse de transformación de la personalidad por el mero hecho de que cambien algunos de sus aspectos? La respuesta dependerá de la relevancia que posean los mismos para el funcionamiento del individuo. La individualidad humana es tan compleja y está influida por un número tan grande de variables, que difícilmente tendremos la impresión de cambio global, a no ser que éste implique a un conjunto importante de sus componentes.