LA FOTOGRAFÍA POSTMORTEM – COSTUMBRE DEL PASADO


Los fines de la fotografía post mortem (entendida como un recurso familiar para no olvidar a los fallecidos) llegaron a mediados del siglo XIX con la popularización general de las cámaras fotográficas, que permitieron fotografiar a la gente en vida realizando actividades normales y tal vez con menos encanto, cuando estas ya habían fallecido. Sin embargo, el género se sigue practicando aún en ciertas ocasiones cuando el personaje fallecido resulta ser muy importante o famoso. 
En España, una de las últimas instantáneas oficiales realizadas, y que tuvo enorme difusión, fue la imagen del cadáver de Franco, tomada en 1975. Sin embargo, hay fotos mucho más recientes, como las del Papa Juan Pablo II.

La sociedad aceptó desde el primer momento y continua aceptando perfectamente las tomas post mortem de las personalidades e individuos influyentes, e incluso las ve como algo normal, y sin embargo la fotografía post mortem tradicional, que tuvo en su momento la misma finalidad, es considerada por algunos como una especialidad morbosa e insana. A pesar de ello, es muy probable que casi todos tengamos, si repasamos nuestro archivo familiar, alguna de estas imágenes formando parte de él. Con el paso del tiempo, este recurso se ha convertido en una valiosa herramienta para la sociedad en general. 




En los primeros tiempos los cuerpos muertos usualmente se retrataban como si estuvieran dormidos, lo que otorgaba a los mismos una imagen de naturalidad al tiempo que se simbolizaba el “eterno descanso” del fallecido, pero también fue muy común disponer los cadáveres de tal manera que simularan estar realizando algún acto cotidiano.  Se solía dar completa libertad a la persona encargada de tomar la imagen para vestir y disponer el cuerpo como considerara apropiado. Muchos de los fotógrafos de aquel entonces se convirtieron en auténticos expertos del maquillaje


En la imagen aparecen al centro con saco blanco Reynaldo López Castillo (mi abuelo), María López, Geronimo López (Tio Chomo), Anita de Jesús, Francisca Vasquez de López.

El difunto es José López Castillo (+ 08/09/1965) padre de mi abuelo Reynaldo López Castillo, el resto que acompaña esta integrada por familiares y amigos.