La
emancipación política de México y Centroamérica del régimen colonial español,
no afecto, al menos en un primer momento y esencialmente, a las comunidades
indígenas, mientras que para “criollos” españoles nacidos o naturalizados en el
continente y “ladinos”, la situación sí fue diferente.
Se
ve así que una de las grandes ironías de la historia de Hispanoamérica es que
la conquista fue llevada a cabo por un puñado de españoles acompañados por una
gran muchedumbre de indígenas, en tanto que la independencia, la llevaron a
cabo un gran número de españoles y grupos afines, acompañados ahora sólo de un
pequeño grupo de indígenas. El reino de
Guatemala se mantuvo al margen, en un principio de los movimientos insurgentes
que a partir de 1810 se iniciaron en el Virreinato de La Nueva España,
encabezados por dos frailes: Miguel Hidalgo y Costilla, y José María Morelos y
Pavón. En
la Nueva España, el comandante general de las fuerzas realistas, Agustín de
Iturbide, de acuerdo con la oligarquía del Virreinato, declaró la independencia
de España, negoció la paz con los insurgentes, y mandó correos a distintos
reinos de la jurisdicción de la Nueva España (Santa Fe, Nueva Galicia, Nueva
Vizcaya, Reino de México, y Reino de Guatemala), informando de la declaración
de independencia, e invitándolos a sumarse a ella.
La
primera provincia del Reino de Guatemala en recibir las noticias fue Chiapas,
donde los grupos ilustrados, encabezados por Fray Matías de Córdoba, juraron la
independencia en Comitán en agosto de 1821; unos días más tarde fue jurada en
Ciudad Real de Chiapas (actualmente San Cristóbal de Las Casa). La influencia
de Fray Matías de Córdoba se hizo sentir en el Partido de Totonicapán, donde la
población española y ladina juró la independencia incluso antes de que el
correo llegara a la ciudad de Guatemala. Consumada la independencia, Iturbide
fundó el “Imperio de México”, al que se adhirieron sin problema la mayor parte
de reinos y provincias que había constituido el Virreinato de La Nueva España.
El
Partido de Totonicapán se adhirió al nuevo Imperio el 7 de diciembre de 1821,
después de acordarlo en cabildo –llevado a cabo en la Villa de Huehuetenango y
notificándolo al gobierno central de Guatemala, que a su vez ratificó también la
adhesión de Guatemala al Imperio. Estos acontecimientos provocaron, sin embargo,
descontento en San Salvador y Nicaragua, por lo que Iturbide se vio forzado a
enviar un contingente de tropas al mando del general Vicente Filísola, quien
dejó varias guarniciones en el camino, en la Provincia de Chiapas y en el
Partido de Totonicapán; una de ellas de estableció en Huehuetenango (1822 y
1823).
Para
el momento en que Filísola llegó a Guatemala disponía de escasas tropas, por lo
que convocó a la población a unirse al Ejército. Después de reclutar en
Guatemala al grueso de la tropa, el Ejército imperial mexicano marchó contra
San Salvador, que finalmente fue tomado después de duros combates. Pero al
proseguir hacia Nicaragua, la campaña se volvió desastrosa. Esto provocó, en
parte, la caída de Iturbide y la desmembración del Imperio creado por él.
Filísola,
por su parte, regresó a Guatemala y convocó a una asamblea, donde se estableció
la independencia de México y la formación de Centro América. En su marcha de
regreso, pasó por la Villa de Huehuetenango para recoger a las tropas que había
dejado allí acantonadas, y se dirigió a Ciudad Real de Chiapas, donde presidió
una asamblea en la que el Estado de Chiapas se declaraba “libre y soberano”, e
independiente tanto de México como de Guatemala y Centroamérica. Pero
posteriormente Chiapas solicitaría su ingreso dentro de la Federación Mexicana,
con todos los derechos de un Estado más.
Fue
con la formación de la República Federal de Centro América en 1824 cuando
realmente se inicia la vida independiente (en Guatemala y resto de
Centroamérica). Con el surgimiento de esta República Federal, la Provincia de
Guatemala se transformó en nuevo Estado soberano. El partido de Totonicapán
quedó integrado en él en un principio, pero, por problemas de distancia y
tamaño, y a solicitud de la población local, la República Federal decidió la creación
del Estado de Los Altos - también en 1824 – ratificado luego en 1836 y de nuevo
en 1838. Éste incluía a Sololá, El Quiche, Quetzaltenango, San Marcos, y al
Partido de Totonicapán.
Los
años que siguieron a la independencia se diferenciaron poco del período
anterior. El mayor cambio se dio en la reorganización administrativa y
territorial, primero con la desintegración del primer imperio de México
(1821-1824), y luego con la formación del Departamento de Huehuetenango. El
partido de Totonicapán ya había solicitado al Jefe Político de Estado –desde 1826-
que lo dividiera en dos departamentos por razones de eficacia administrativa,
pero esta separación no se llevó a cabo sino hasta años más tarde. Otro
acontecimiento relevante durante esta época fue el cambio de categoría de los
pueblos de Huehuetenango y Chiantla, que fueron elevados a la categoría de “villas”.
Huehuetenango
fue constituido en departamento por decreto de la Asamblea Nacional
Constituyente del Estado de Los altos, emitido el 26 de mayo 1839. La duración
del Estado de Los Altos fue, no obstante, efímera, dado que los primeros años
independientes de la República Centroamericana se caracterizaron por constantes
guerras civiles, hasta que en 1840 el Estado de Guatemala lo invadió y se anexó
a su territorio, con lo que aquél dejó de existir como tal. En ese tiempo, la República
Federal Centroamérica dejó también de existir, y los estados que la integraron
se transformaron así en repúblicas independientes.
En 1851 se estableció en Huehuetenango una diputación consular, y el 17 de noviembre las autoridades y representantes municipales juraron el acta constitutiva de la nueva República. Desde su separación de Totonicapán hasta 1866, Huehuetenango se conoció indistintamente como “distrito” o “departamento”, por lo que el Presidente de la República, mariscal Vicente Cerna, emitió el Decreto del 08 mayo 1866 por el que se acordaba que, en lo sucesivo, se le diera a Huehuetenango el nombre y la categoría de departamento.
En 1851 se estableció en Huehuetenango una diputación consular, y el 17 de noviembre las autoridades y representantes municipales juraron el acta constitutiva de la nueva República. Desde su separación de Totonicapán hasta 1866, Huehuetenango se conoció indistintamente como “distrito” o “departamento”, por lo que el Presidente de la República, mariscal Vicente Cerna, emitió el Decreto del 08 mayo 1866 por el que se acordaba que, en lo sucesivo, se le diera a Huehuetenango el nombre y la categoría de departamento.