EL CANTO DE LAS BULLANGUERAS

Fue justamente en un tren de carretas cubiertas con toldos que las campanas de la catedral de Huehuetenango llegaron por fin, una noche del 2 de diciembre después de haber realizado una travesía inerrable que duró dos meses enteros. Don  Pedro Mayén, carretero de Escuintla realizó la proeza. Salió de la ciudad capital de Guatemala con unas 200 libras de peso, 20 carretas y 40 yuntas de bueyes, aparte el número considerable de sus peones y boyeros.

Llegó a Huehuetenango con solamente 10 carretas y 20 bueyes e igualmente mermado en número de sus auxiliares aunque por suerte ninguna defunción ocurrió entre ellos y sólo tuvo que lamentarse la pérdida de algunos animales y  perdida de gordura que dejaron en los pedregales y paraderos del largo camino. Las campanas fueron confiadas a un experto fundidor, Don Sabino Orrego, nada menos que con tres años de anticipación. 

de las 8 Campanas, solo quedan 4, y dos son originales ? 
Es fama que el oro añadido al bronce asegura una aleación susceptible de dotar a la futura campana de un timbre claro y sonoro en la voz, razón que explica el énfasis con que muchos huehuetecos de antaño se ufanaban de haber contribuido con anillos, monedas acuñadas, prendedores, aretes y cadenas del precioso metal, al loable fin de hacer más dulce y puro, el canto de las eternas bullangueras. 

El 3/12/1874, el pueblo entero se congrego por la mañana en el atrio de la iglesia para presenciar la izada y colocación de las campanas, habiendo concluido con esa delicada hazaña el 6 diciembre. 
Inf. extraída del libro LA CATEDRAL Horacio Galindo Castillo Segunda Edición 31/02/1990