MANTENIENDO LA POBREZA

Tu pobreza se ha convertido en la riqueza de otros. Con tu desgracia legada, lastre de explotación y servidumbre, el opresor mercantiliza tus desdichas. Nada más vil, que jugar con la esperanza de los desafortunados. Cambiaste el sólido altar de tus ancestros, por una urna de pandora, y tus plegarias ancestrales que ascendían al vasto firmamento azul en busca de respuestas, ahora transitan por las redes de la burocracia politiquera.

Tu mirada puesta en la figura de cartón, ahora es tu dios que te inspira por un mejor mañana. Como llamarada de tuza, la esperanza se esfuma en la nada. Te ofrecieron esperanza y amor de un dios no conocido, pero no te dijeron que tu espalda serviría de ofrenda al látigo infernal. Hoy también te ofrecen justicia y un mejor presente, pero de nuevo te anclan a la miseria.

El voraz conquistador español dijo, he llegado a América «para servir a dios y a su Majestad, pero también para saciarme de sus Riquezas…». Hoy el político te dice lo mismo. Sabedor de que tu triste condición conmueve el bolsillo extranjero, nuevamente te ofrecen -espejitos de buena voluntad, te estrechan con un fatídico abrazo de judas y quedas enganchado en su juego.

Para el político corrupto y para el opresor acaudalado, tu desdicha y desamparo siempre, siempre sera su fuente de riqueza.


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– Carlos A. Rivas L.
El Editorial Huehueteco